El origen del mundo

Entra la artista en aquella sala del museo donde se encuentran varios visitantes. Cabello negro peinado con raya a la derecha, descalza,con

Danza Modelado en plastilina J. Lillo Galiani

Danza
Modelado en plastilina
J. Lillo Galiani

un vestido de tirantes amarillo con lentejuelas y por encima de las rodillas; la sombra de ojos también dorada. El color es intencionado para que haga juego con el marco del cuadro, dorado al agua con pan de oro. Se sienta en el suelo, de espaldas a ese lienzo. En sonido pregrabado se escucha el Ave María de Schubert y la voz de la artista: “Yo soy el origen, yo soy todas las mujeres. No me has visto, quiero que me reconozcas. Virgen como el agua creadora de esperma”. Esta salmodia repetitiva capta la atención de las personas que se encuentran en la sala. Acto seguido, se sube el vestido, abre las piernas y muestra su poblado sexo pues no lleva ropa interior, inferior. Los visitantes no salen de su asombro, al contrario, entran más en él cuando la artista se abre la vagina con ambas manos para mostrar su interior, nunca mejor dicho “con pelos y señales”. Se oyen comentarios de todo tipo, cámaras y móviles echan chispas sacando fotos. Los vigilantes del museo se interponen entre la artista y el público, para impedirles la visión, y le ruegan deponga su actitud, no la tocan en ningún momento. Pero ella sin moverse sigue aferrada a su osito de peluche. Llegan más vigilantes y comienzan a invitar a la gente a abandonar la sala, algunos, renuentes, siguen mirando y haciendo fotos, otros aplauden. Ahora se oyen algunas voces mas altas de los vigilantes, no para invitar sino para ordenar que se abandone el lugar.

Esta performance fue bautizada por su protagonista como Espejo del origen. Según contó después: “ no refleja el sexo, sino el ojo del sexo, el agujero negro, mantuve mi sexo abierto para mostrar lo que no se ve en el cuadro original”. La protagonista colgó las imágenes en Internet, prohibidas en un principio pero vistas después en todo el mundo.
Ocurría esto a mediados del pasado año en una de las salas del Museo d’Orsay de París. El cuadro aludido es el famoso Origen del mundo del francés Gustave Couvet (1819-1877), que muestra en un primer plano el sexo de una mujer (lienzo ya comentado anteriormente en esta sección).
Deborah de Robertis (1984-), es una artista Luxemburguesa que realiza performances cuestionando roles sociales habitualmente aceptados. Pero no es la pionera. En 1969 Valie Export empuña una metralleta mostrando el sexo en el MoMA de Nueva York, Genital panic. Repetida la performance en 2005 por Marina Abramovic. Estas últimas de manera menos explícita y con permiso del museo. De Robertis lo hizo por sorpresa sin contar con la autorización del d’Orsay.