El Hierro

Si el oro fuera tan abundante en la naturaleza como lo es el hierro, posiblemente no tendría el “valor” monetario que ostenta, ya que de entre todas sus cualidades, una es su escasez. Por lo demás, el metal precioso, pero vil, poco ha aportado a la humanidad y sí, por el contrario, muchos problemas. El hierro, en cambio, es uno de los metales que más abunda en la tierra, relativamente barato e infinitamente más útil que el otro amarillo que produce fiebre. Echemos un vistazo a nuestro alrededor y será difícil no ver algo fabricado en hierro. No es posible verlo en nuestro organismo y, no obstante, en él también esta presente.

La tecnología del hierro o el trabajo de este metal para la obtención de útiles y armas, era un secreto bien guardado que daba a las civilizaciones que lo poseían la supremacía frente a otros pueblos que aún no conocían el proceso de obtención del metal a partir de los minerales que lo contienen. Siempre se mencionan a los hititas como los primeros en utilizar armas y herramientas de hierro.

A partir de la Revolución industrial, el hierro comienza a utilizarse masivamente en la industria y en elementos estructurales como puentes y edificios. Quizás la construcción más emblemática en hierro sea la torre diseñada por el ingeniero Gustave Eiffel para la exposición Universal de París de 1889. Tras fuertes controversias a la sazón, ha quedado como símbolo del país galo y su capital. Este ingeniero también proyectó la estructura interna, de hierro, para la estatua de la libertad de Nueva York.

El hierro es un metal duro y tenaz pero con el fuego se torna dócil al martillo y otras herramientas. Se deja, entonces, torcer, machacar, laminar, hender, alargar, aguzar y todo lo que se quiera, mejor dicho, lo que se sepa hacer con él. Todo esto, naturalmente, mientras está al rojo; a medida que se va enfriando vuelve a su dureza y hay que volver a calentarlo. En eso consiste el trabajo del herrero o artista que realice esculturas de forja. Se denomina, por eso, hierro forjado al que se trabaja en la fragua sobre el yunque. El aporte de pequeñas cantidades de carbono, transforma al hierro en acero, utilizado entre otros usos, para la fabricación de herramientas de cantería y escultura.

La utilización del hierro en trabajos artísticos es relativamente reciente. El movimiento modernista dio a este metal un protagonismo que hasta entonces no tenía. Los diseños de Gaudí dotan al hierro de movimientos elegantes, sinuosos, ondulantes y sutiles, que le dan apariencia liviana.

El hierro no es el metal apropiado para esculturas que han de ser fundidas, en todo caso habría que pintarlas pues este metal se oxida fácilmente a la intemperie. Precisamente esta cualidad -muy de moda-, se utiliza en trabajos con acero laminado. Se lleva a cabo el trabajo y luego se deja oxidar o se provoca su oxidación con distintos productos. El acero cortén, muy utilizado actualmente en escultura, son planchas de aleación de hierro y pequeñas cantidades de cobre, alargando, así, la duración del material al exterior.

Los escultores españoles pioneros en la utilización del hierro, quizás al observar sus posibilidades en los trabajos decorativos de Gaudí, fueron Pablo Gargallo (1881-1934) y Julio González (1876-1942). Otros escultores abstractos, entre otros, que utilizaron y utilizan el hierro como material en sus creaciones artísticas, fueron o son: Chillida (1924-2002), Oteiza (1908-2003), Ibarrola (1930), Chirino (1925), este escultor, salvo rarísimas excepciones, realiza todos sus trabajos en hierro.