Dibujantes de dinero
Raro es el día que nuestros dedos no los tocan, aunque sea por breve tiempo. Pasan de unas manos a otras con rapidez, abren muchas puertas sin necesidad de llaves. Papeles rectangulares de tacto apergaminado, bordes cortantes cuando nuevos, livianos, de tonos azules, ocres, rosados, verdes o violetas. En sus caras, anverso y reverso se ha venido representando una amplia iconografía, cuya temática ha respondido a distintas motivaciones; unas veces para homenajear a personajes que destacaron en algún ámbito de la historia de su país. También elementos alegóricos a la economía o a la justicia. Pero han primado sobre estos temas, las efigies de monarcas, escritores o personajes de sus novelas, científicos, músicos, artistas plásticos o reproducciones de sus obras, monumentos y acontecimientos importantes.
Naturalmente son los billetes de banco o papel moneda. Dejando a un lado los tipos de papel para su fabricación, las tintas y los sofisticados elementos de seguridad para impedir falsificaciones, el primer paso para la creación de un billete lo da un artista. Los retratos de los personajes, las filigranas, los paisajes y dibujos ornamentales etc. impresos en un billete, los ha llevado a cabo un dibujante grabador: un grabador de primera categoría. Se calcula que en todo el mundo habrá unos cien artistas grabadores capaces de labrar planchas con la calidad requerida para imprimir billetes. La elaboración de papel moneda se lleva a cabo por las distintas fábricas nacionales de cada país, pero pueden encargar parte de los billetes o las planchas para la fabricación de los mismos a entidades extranjeras especializadas.
Una de las casa impresoras de más solera y reputación dedicadas a la fabricación de planchas y billetes, es la fundada en 1813 por Thomas de la Rue (Thomas de la Rue & Co.Ltd.), en las afueras de Leeds, Reino Unido. A lo largo de los años, ha venido suministrando papel moneda a más de cien países, entre ellos y en una determinada época, al Banco de España. Figuran en su plantilla, una veintena de dibujantes que satisfacen los diversos gustos de las tesorerías y bancos nacionales. Suiza, por ejemplo, prefiere diseños sobrios; los países árabes, dibujos intrincados como los de sus alfombras; Nueva Zelanda los temas indígenas; y otros países, sus escudos de armas. El banco de Inglaterra ha venido siendo su principal cliente.
Las dos primeras etapas en la realización de un billete competen a los artistas. En la primera, se lleva acabo un boceto, generalmente en acuarela para estudiar el diseño y los colores. Una vez aceptados por los respectivos gobiernos, se pasa a la reproducción del dibujo en una plancha de acero. El maestro grabador es un hombre de genio callado, agradable y con infinita paciencia. No se le puede apremiar ni interrumpir; pertrechado de un puñado de buriles (pequeños punzones de acero con empuñaduras semiesféricas de madera), va sacando a la plancha diminutas virutillas metálicas, surcando la dura superficie hasta conseguir la reproducción exacta del diseño.
Entre los artistas españoles, cabe destacar a José Luís Sánchez-Toda, Madrid (1901-1975). Licenciado en Bellas Artes y profesor en la Escuela Nacional de Artes Gráficas, trabajó durante 47 años en la FNMT, realizó innumerables sellos y gran parte de los billetes emitidos desde 1937; recibió los galardones y premios más significativos de las bellas artes. Antonio Manso Fernández (Madrid (1934-93), discípulo de Sánchez-Toda, también perteneció a la plantilla de la FNMT, obtuvo cinco premios de grabado y dos extraordinarios. Está considerado como excelente grabador de billetes y uno de los mejores grabadores de sellos del mundo.