Genialidad y extravagancia
Cuando el niño tenía seis años quería ser cocinera, utilizando a propósito el femenino, a los siete, quería ser Napoleón y de mayor comentaba sin reparos, entre sus frases que podrían llenar un libro: “Desde aquellos tiempos de la infancia, mi ambición no ha cesado de crecer, al igual que mis delirios de grandeza” o también: “Tuve que llegar a la gloria para vengar la afrenta que significó para mí la muerte de mi madre, a la que adoraba religiosamente”.
De joven en Cadaqués le llamaban “el patillas”, después se haría llamar “el divino”, imitando a Miguel Ángel, de bigotes «hipervelazqueños» y ojos desorbitados: Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí y Doménech (11 de Mayo de 1904, Figueras, Gerona). De manera parecida a Van Gogh, un hermano suyo, también llamado Salvador, murió tres años antes de nacer él y llegó a creer que era la reencarnación de aquél, según le contaron sus padres. Nacido para provocar desde cualquier ángulo y extravagante hasta en los títulos de sus obras: “Cráneo atmosférico sodomizando a un piano de cola” “Joven virgen autosodomizada por los cuernos de su propia castidad”. En 1923, Dalí es expulsado por un año de la Academia de San Fernando de Madrid, había puesto en duda la calidad de sus profesores. En 1926, poco antes de sus exámenes finales, es expulsado definitivamente por alegar que no había nadie en la academia con capacidad para examinarle.
Explora todos los movimientos y corrientes artísticas de entonces, los practica y los abandona, reteniendo lo que pueda interesarle hasta llegar a su mundo: una pesadilla de figuras humanas del tamaño de hormigas, animales muertos o estirados, podridos, perspectivas imposibles, relojes blandos, alucinaciones oníricas, basadas en sus teorías freudianas; su imaginación desbocada, arrolladora, desbordante y explosiva, se complementa con su asombrosa capacidad de llevar al papel o lienzo todo lo que su mente le sugiere, con un detallismo naturalista y meticuloso. Por otro lado somete a sus lienzos a raros experimentos: imprime con las ventosas entintadas de un pulpo, fustiga una superficie con un látigo coloreado, “La chunga”, bailaora flamenca, patea los colores extendidos previamente en una tela, dispara un cartucho cargado de clavos sobre un cartón que servirá de base a una ilustración del libro Don Quichotte. Sus actos estrafalarios no le van a la zaga, En Londres, da una conferencia sobre el surrealismo ataviado con escafandra, porque, según él, quería descender al interior del inconsciente, hubieron de retirársela porque comenzó a sufrir síntomas de asfixia.
Llevó a cabo las actividades artísticas más dispares: cine, dibujos para Disney, publicidad, decorados para cine, teatro y ballet, escultura, cerámica, joyería etc. Casado con Gala, su mujer, musa, modelo y compañera, fundamental en la vida del genio; ésta reposa en la cripta del castillo que Dalí le regaló en la aldea de Púbol, Gerona.
El 23 de enero de 1989 moría en la Torre Galatea, cercana a su enterramiento en la cripta de su Teatro-Museo de Figueras, centro de peregrinación de ingente cantidad de visitantes que quieren ver in situ el mundo del loco fingido, histriónico, paranoico, extravagante, polémico, excéntrico, egocéntrico, procaz, escatológico, provocador, exhibicionista y estrafalario, entre otras cosas y además de genio.