Vendedores de tesoros

Aquel joven catedrático de literatura caminaba con paso decidido por calle Bond de Londres y al llegar ante el establecimiento presidido por un cartel en letras doradas que decía: Sotheby´s, penetró en él. Conocía por la prensa que esta importante casa de subastas había batido todos los récords en materia de precios pagados por cuadros y joyas, con lo que había contribuido a hacer de la capital londinense el centro del mundo artístico. ¿Qué haría allí el modesto profesor, entre lienzos de célebres pintores que grandes potentados se disputaban? Como la casa llevaba y lleva a cabo subastas de menor nivel y él sabía lo que buscaba, penetró en una sala en la que se pujaba por libros raros y antiguos. Al poco tiempo, salió con cara de júbilo llevando bajo el brazo un ejemplar de la primera edición de los poemas de Shelley. “Cuando mis colegas se enteren de mi hallazgo, jamás creerán que tan sólo pagué tres libras esterlinas por él”. Esta modesta compra ocurría en el año 63 del pasado siglo.

En los años sesenta, muchas de las subasta importantes se hacían por la noche, ante caballeros de frac y damas vestidas de gala. Naturalmente, sólo se entraba por invitación y una multitud de curiosos, se agolpaban para ver llegar a las celebridades. Hoy harían las delicias de la prensa del corazón, pero los interesados envían a personas de confianza o pujan por teléfono. Durante una subasta con la sala abarrotada, se entabló una reñida puja por la compra de una valioso jarrón chino entre una señora y un caballero sentados en lados opuestos del salón. Por fin ella se hizo con el objeto y cuando a la salida se encontró con su marido, le dijo: -me lo llevé, pero tuve que pelear obstinadamente con un terco y odioso caballero al que ni siquiera pude ver. -¡Dios mío querida!-gimió el esposo-. ¡Era yo!

La casa Sotheby´s se fundó en 1744 y su encarnizada rival Christie´s en 1766. Cuando la una remata la venta de un diamante, la otra lo hace con otro de mayor tamaño, Crhistie´s anuncia la subasta de un Rubens y Sotheby´s contraataca con un Renoir. Los sótanos de ambas, están repletos, de muebles, lienzos, libros, ánforas y toda clase de objetos valiosos. Pero nada de lo almacenado pertenece a las casas, hasta que se venden son de las personas que los enviaron para subastarlos. Para garantizar la autenticidad de una obra, es analizada por técnicos con meticulosidad, utilizando tecnología avanzada además de consultar a numerosos peritos especializados.

La compra de toda clase de obras de arte ha supuesto y supone la mejor y más sólida inversión, naturalmente para el que pueda, considerando que la revalorización aumenta incesantemente, como muestra un botón: el actor británico Hug Grant compró en 2001 un retrato de la entonces joven Liz Taylor en 1963, obra de Andy Warhol. Pagó por el mismo a través de un marchante en la casa Sotheby´s de Nueva York 3,5 millones de dólares. El pasado 13 de noviembre la casa Christie´s lo sacó a la venta entre 25 y 35 millones de dólares.

A veces surgen hallazgos inesperados, a principios de este mes en Cirencester, población de Gran Bretaña, la firma Moore Hallen & Innocent, sacó a subasta un pequeño retrato con un precio de salida de 1500 €; fue vendido a un comprador anónimo por 3,1 millones de euros en lucha con un tenaz rival. Al parecer se trata de un Rembrandt, ni el propietario del cuadro ni la casa de subastas tenían idea sobre el valor del lienzo; Jan Six, director del departamento de antiguos maestros de la organización holandesa Sotheby´s, así lo había confirmado al consultarle poco antes de la subasta.