Presidentes ciclópeos

Presidentes ciclópeos. Lillo Galiani

Regresaba el famoso escultor norteamericano Gutzon Borglum de admirar los gigantescos templos y esculturas que los antiguos egipcios habían excavado y esculpido en los acantilados y farallones junto al Nilo. Volvió a Estados Unidos con la mente apabullada de imágenes en piedra, y esas sensaciones extrañas que producen la visita a lugares cargados de historia y, por tanto, ineludiblemente de arte. Con todo esto, y además con una idea en la cabeza: llevar a cabo en su país, lo que aquellos anónimos y enigmáticos escultores habían realizado a orillas del mítico río. No sería posible en la cantidad pero sí en tamaño; se había propuesto esculpir el busto de un presidente de los Estados Unidos, cosa nada anormal si no fuera por sus dimensiones; sólo la cara mediría más de veinte metros de altura. Tras largas gestiones y aprobado el proyecto, se eligió el lugar y el presidente. El primero fue el Monte Rushmore de 2.034m.de altura en las montañas de Dakota de Sur. Estas altas torres constituidas por duro granito, destacan nítidamente en toda la región. El presidente al que cupo el honor de ser inmortalizado fue George Washington (l.732-1799), primero en la historia de esta nación.

En 1927 dieron comienzo los trabajos, se levantaron andamios y grúas, un ejército de operarios empezó a trabajar; las herramientas fueron, no la habituales en escultura sino cargas de dinamita y martillos neumáticos. El escultor indicaba personalmente donde se debía proceder con cuidado, en qué lugares se debía perforar profundamente la dura roca y donde más superficialmente, para ir dando forma a la gigantesca cabeza presidencial. Los trabajadores debían protegerse con mascarillas del polvo de granito y al pie del macizo comenzó a formarse un enorme escorial.

Paralelamente a la dirección del trabajo, Borglum sopesaba la idea de que fuera posible realizar otras cabezas si había suficiente presupuesto, como efectivamente ocurrió. El segundo presidente elegido para ocupar esta galería de personajes fue Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados unidos (1743-1826). Corría el año 1.936, cuando se terminó este busto, para entonces había al pie de la montaña un millón de toneladas de bloques graníticos.

Theodore Roosevelt (1.858-1.919), 26.º presidente del país, también fue hallado digno de ser eternizado en la cumbre del Rushmore. Por último, la cuarta cabeza pétrea fue la de Abraham Lincoln (1.809-1.865), el 16.º presidente estadounidense. En 1.941, murió Gutzon Borglun; habían transcurrido 14 años desde el comienzo del colosal grupo escultórico y no pudo ver la terminación de su obra, que su hijo finalizó poco después.

Cada año, decenas de miles de personas, visitan el “Mount Rushmore Memorial”, uno de los quince monumentos nacionales de los Estados Unidos. La afluencia de turistas es especialmente numerosa cuando, anualmente, los operarios colgados de cables a elevadísima altura, limpian y restauran las caras de los presidentes, con una mezcla de polvo de granito, blanco de plomo y aceite de linaza, en el gigantesco altorrelieve de 190m. de largo por 90m. de ancho. Estas faenas duran unas cuantas semanas. La primera de las varias películas que rodaron secuencias en este monumento fue «North by Northwest” (“Con la muerte en los talones”) 1.959, de Alfred Hitchcock.