La carreta de heno

No podía sospechar el pintor que el éxito andaba cerca ya que su situación económica y familiar le decían otra cosa. Su querida esposa María, víctima de tuberculosis, su hijo mayor (tenía siete), a punto de morir, él mismo se sentía enfermo ante la adversidad y la preocupación por los gastos familiares; tenía a la sazón 48 años y llevaba más de 25 luchando por conseguir el merecido reconocimiento público a su valía.
Acuciado por la situación, miró entre los cuadros de su taller y decidió desprenderse con gran pesar de un enorme óleo de dos metros de ancho para vendérselo a un marchante francés que le había ofrecido 70 libras esterlinas por la pintura. Aquél mismo año de 1824, el marchante expuso el cuadro, con otros dos mas pequeños del mismo artista en el Salón de París. El lienzo alcanzó la fama inmediatamente, el pintor obtuvo la medalla de oro del Salón; su autor, John Constable, precursor de los pintores naturalistas ingleses, su obra maestra de dos metros era la imagen arcádica de la Inglaterra estival: “La carreta de heno”.

John Constable nació en 1776 en East Bergholt, una aldea de la región de Suffolk, Inglaterra. Dejó el molino harinero de su padre, donde trabajaba, para estudiar arte. Pero quiso apartarse de las modas artística reinantes y optó por llevar a sus lienzos aquello que el veía a diario…los prados verdes, los riachuelos, las barcas y los frondosos bosques de hoja caduca que rodeaban su aldea. Los paisajistas de su tiempo se habían limitado a llevar a cabo pinturas en el estudio que daban al paisaje una visión arbitraria, acartonada, artificiosa y alejada de la verdad.

John Constable plasmó en el lienzo las realidades que percibían sus sentidos. En sus cuadros pueden reconocerse el trigo creciendo, las distintas clases de hierbas y flores; en definitiva el ambiente hermosamente bucólico de la Inglaterra rural del siglo XIX. Sentado ante un paisaje y su caballete, observaba con minuciosidad y tan absolutamente inmóvil y abstraído que en cierta ocasión, al acabar la jornada y meterse la mano en el bolsillo, ¡encontró un ratón de campo dormido! Pero durante mucho tiempo se pensó que su pintura era una forma inferior de arte por ser fiel trasunto de la naturaleza.
De no haber sido por el marchante francés, Constable habría seguido siendo un desconocido. El rey francés propuso la compra de “La carreta de heno” para el Museo Nacional de Arte de Francia, pero el marchante vendió el lienzo a un coleccionista por 400 libras.(hoy en la National Gallery de Londres). Aún así, los críticos ingleses siguieron desestimando su pintura durante mucho tiempo. A pesar de ello, nada pudo impedir que Constable fuera el precursor de la importante escuela de Barbizon en Francia y, por ésta, del movimiento posterior, mítico en la historia del arte, “El impresionismo”. Según Sir Kenneth Clark, gran autoridad pictórica, «Constable fue el autor de los mejores cuadros pintados en Inglaterra».